Ya queda poco para una de las festividades más famosas del año, un día capaz de convertir a un mes entero en el mes del amor. Pero ¿qué tiene este día de especial? ¿Realmente nos tienen que recordar una vez al año lo mucho que queremos a nuestra pareja? Pues parece ser que sí.
El ser humano siempre busca destacar ante el resto, necesita sentirse observado, diferente, y en las festividades importantes no va a ser diferente: ¿Que todos celebran la Navidad? Pues yo no; ¿Que todos se divierten en Halloween? Yo no; ¿Una fiesta para celebrar el amor? No hace falta que me lo recordéis. El problema es que en muchos casos luego no se acuerdan ni de la familia, ni de los amigos, ni del amor, por mucho que alardeen de que no necesitan que las tiendas se lo digan.
Cuantas fiestas disfrutamos al año sin pararnos a pensar lo que significan realmente… por qué dejar de celebrar algo tan importante como es estar enamorado. Si lo tenemos que demostrar todos los días del año, San Valentín es uno de esos días y no deberíamos evitarlo únicamente porque lo que se lleva ahora es estar en contra.
Hay muchas formas de celebrar el amor y no tienen que pasar por gastarse un dineral. Si quieres ser rebelde y antisistema, puedes hacer la cena en casa, preparar una tarta, unas palomitas para ver una película, unos cócteles para bien entrada la noche o simplemente unas flores. Lo que no vamos a negar es que el día catorce nos encantaría que nos demostraran que nos quieren, y nosotros poder hacer lo mismo.
Porque San Valentín es una fiesta que cada año recibe el rechazo de más y más gente, pero no por eso deberíamos dejar de demostrar que queremos a nuestra pareja como cualquier otro día del año, ¿verdad?